martes, 4 de junio de 2013

Movimientos precursores de la Independencia Venezolana

Movimiento Juan Francisco León

Había nacido en la Isla del Hierro, Canarias, en 1692. Fundó la villa de Panaquire, en Barlovento, donde se aplicó al cultivo del cacao, como modesto hacendado. Compartía estas labores con las de Teniente de Justicia de Panaquire, por derecho de fundador poblador. El 2 de abril de 1749 se le presentó don Martín de Echevarría, un vasco, con la noticia de que estaba destituido y era su reemplazante.

Ni León ni los habitantes de Panaquire aceptaron el nombramiento de Echevarría, por ser una imposición de la Compañía Guipuzcoana, cuyo factor, Juan Manuel de Goyzueta, manejaba a su antojo la política venezolana, quitaba y ponía gobernadores y demás funcionarios.
El pueblo amotinado marchó sobre Caracas, con el propio Juan Francisco León a la cabeza, originándose un verdadero movimiento de masas de interesante repercusión. Con gente de Caucagua, Guatire, Guarenas, El Guapo y otras comarcas se juntaron unos 800 hombres entre esclavos, indios y canarios.
Llegaron el 19 de abril de 1749 a Chacao, pregonando que «el intento directo es solamente la destrucción total de la Compañía Guipuzcoana .. » Como las autoridades no actúan, siguen hasta Caracas al son de tambores de guerra y con banderas encarnadas. Rodean la casa del Gobernador con gente armada, y al resto lo mandó a apostarse en la Plaza de la Candelaria, siempre canaria, y donde León tenía su casa; pero faltóle a Juan Francisco la garra del león; le faltó el coraje del caudillo. Su fe en la Ley y en la Justicia lo perdió. En lugar de exigir, llegó inclinando la cabeza respetuosamente ante las autoridades y protestando la fidelidad al Rey. El Gobernador Castellanos, para distraerlo más, huyó disfrazado de monje en la madrugada del 4 de mayo, hacia La Guaira, y allí instaló su Gobierno.
Después de varios meses, como no se le cumplen las promesas, Juan Francisco arremete nuevamente contra la capital (1º de agosto), pero esta vez con más de ocho mil hombres. De allí se dirige León hasta La Guaira en busca del Gobernador, y éste, ante la imponente demostración de poder popular, fingió hacer salir de Macuto y Puerto Cabello a los funcionarios de la Compañía.
En noviembre de ese mismo año de 1749 llega el nuevo Gobernador, Julián de Arriaga, quien hace las paces con León y ordena un indulto general. León esboza su programa de política económica, que puede resumirse en estos puntos:
Fluctuación de precios de acuerdo con la oferta y la demanda. * Libertad para transportar el cacao hasta cualquiera de los puertos. * Eliminación del intermediario. * Libertad de comercio. * Que no se restrinja más el tabaco. * Indemnización de daños causados por la Compañía.
Removido Arriaga, llega Felipe Ricardo aplicando medidas crueles y brutales, desconociendo hasta el indulto concedido por su antecesor. Irritado en extremo, León decidió irse a las armas y hacerle frente al Gobernador. No pudiendo combatir contra un ejército veterano, dispersó su gente y se dedicó a huir por los montes, ríos y sabanas, durante seis meses, hasta que cansado y hostigado por el gobierno, tuvo que rendirse. El 9 de febrero de 1752 prestó declaración y fue remitido preso a España, junto con su hijo Nicolás. El precio de la libertad sería la participación obligada en las campañas militares de España en sus colonias africanas.
La casa de Juan Francisco León fue destruida y sembrada de sal. La pena que le fue impuesta no la cumplió, porque murió en Cádiz el 2 de agosto de 1752. Pero muy poco tiempo después fueron encontradas válidas sus pretensiones, y la Compañía Guipuzcoana fue eliminada.


Movimiento Leonardo Chirino


José Leonardo Chirino, nacido en Curimagua, estado Falcón, el 25 de abril de 1754, fue un zambo revolucionario venezolano que lideró una fallida insurrección en busca del establecimiento de la República en el país y la eliminación de la esclavitud.
La insurrección se originó a raíz de un baile en Macanillas en el Valle de Curimagua, de donde era nativo Chirino. De aquí pasaron a la de El Socorro, donde asesinaron a algunas personas, y después intentaron tomar Coro, cuyos vecinos ya estaban preparando la defensa, de modo que los insurrectos fueron vencidos fácilmente.
Habiendo fracasado en el intento, Chirino trató de reorganizarse, y escribió al cacique y a los indios de Pecaya, pidiéndoles incorporarse a la lucha, prometiéndoles que no pagarían demora, esto es, un tributo especial de los indígenas, el cual se les cobraba en dinero efectivo. Sin embargo, la persecución que desató el Teniente de Justicia, Ramírez Valderrain, fue una verdadera cacería humana. Chirino fue apresado, condenado a muerte y trasladado a Caracas, donde fue ejecutado el 10 de diciembre de 1796.

Este movimiento, de hondas raíces sociales, llamó la atención de las autoridades coloniales sobre las diferencias existentes y las injusticias, particularmente en lo tocante al cobro de impuestos a las clases humildes. Las intenciones de orden social y económico de Chirino eran claras, más en cuanto a lo político no basta que haya proclamado la ley de los franceses, aspirando instaurar un régimen republicano, pues se ignora hasta qué punto estaba preparada para lograr tal cambio.
Aunque fue un hecho de carácter local, determinado por una situación específica, propia de las condiciones sociales generadas por la esclavitud, tuvo inspiración en las insurrecciones que tenían lugar en aquellos días en Santo Domingo, así como en la Revolución francesa. El movimiento no se propagó más allá de una parte del occidente del país, pero logró provocar una seria alteración del orden colonial en Venezuela.


Con todo, el pronunciamiento de Chirino en Coro no fue estéril en consecuencias, ya que el postre se redujeron los impuestos y se cobraron con sentido más humano, aunque haya adolecido de fines clara y propiamente independentistas, como sí los tuvieron luego, por ejemplo, las gestas de Gual y España, Miranda y Bolívar.

Movimiento Gual y España

Movimiento revolucionario organizado en La Guaira y Caracas en 1797, por Manuel Gual y José María España; puede ser considerado como uno de los antecedentes más cercanos de los sucesos del 19 de abril de 1810. En relación a sus máximos dirigentes, tenemos que el primero, guaireño, era militar retirado (capitán), hijo de un oficial que unos 50 años antes había defendido al puerto de La Guaira contra los ataques navales de los ingleses. El segundo desempeñaba el cargo de teniente de justicia de Macuto. En términos generales, se trató de un proyecto revolucionario igualitario, republicano y democrático, con proyección hacia el resto del continente. En la conjura participaron individuos de todas las clases sociales, exceptuando a los mantuanos. En tal sentido figuraron entre los conjurados comerciantes como Manuel Montesinos Rico; los abogados criollos Nicolás Ascanio y Luis Tomás Peraza; los ingenieros militares Patricio Ronán y Juan Lartigue de Condé (francés al servicio de la monarquía española); funcionarios de la Real Hacienda como Joaquín Sorondo, Juan José Mendiri, Martín Goinaga; y el párroco de La Guaira, Juan Agustín González. También formaron parte de la conspiración abogados y letrados, así como muchos artesanos, es decir: albañiles, zapateros, herreros; muchos sargentos, cabos y soldados, unos pardos y algunos blancos. En síntesis, se trataba de una rebelión de gente de lo que podía ser considerado como un sector medio, que pretendía hacer de la provincia de Venezuela una república democrática independiente.
En la conspiración de Gual y España desempeñaron un importante papel varios revolucionarios españoles que encabezados por el educador y escritor Juan Bautista Picornell, habían pertenecido a una logia masónica madrileña que había organizado en la capital de España un golpe de Estado que tenía como propósito derrocar el régimen monárquico e instaurar una República al estilo de la francesa. Este movimiento en el que también estaban implicados el profesor de matemáticas Sebastián Andrés y el de humanidades José Lax, así como el miembro del Real Colegio de Pajes, Manuel Cortés Campomanes, debía estallar el 3 de febrero de 1796, día de San Blas. Pero los mismos fueron delatados antes de lograr su objetivo siendo apresados, juzgados y condenados a muerte, pena que les fue conmutada por la del encierro en predios de América, gracias a la intervención del embajador de Francia. En diciembre de 1796 y a comienzos de 1797, los 4 conspiradores europeos fueron llegando al puerto de La Guaira, donde se les encerró en las bóvedas. Al poco tiempo Picornell y sus compañeros entraron en contacto con Gual y España, reforzando sus ideas revolucionarias. El movimiento que tuvo su foco en La Guaira desde donde se extendió rápidamente a Caracas; contó con un conjunto de documentos teóricos e instrucciones de carácter organizativo práctico. Inclusive se previeron cantos revolucionarios como la Carmañola americana, inspirada en su homónima francesa, y una canción americana surgida de la propia entraña del medio social, aunque con influencia de La Marsellesa.
Entre los meses de abril y junio de 1797 se realizaron diversas reuniones de los conjurados, en casa de España, en la de Ronán, en la de Mendiri. Gual quien no vivía en La Guaira, sino en Santa Lucía, asistía también a dichos encuentros, alojándose en casa del ingeniero Ronán. En una de las reuniones celebradas en casa de España, éste exhortó a los presentes a derramar su sangre por la patria si fuese preciso, a la vez que recibía su juramento de fidelidad y les exhortaba a guardar secreto. Los conspiradores se llamaban entre si "hermanos", expresión que funcionaba además como santo y seña para reconocerse. Asimismo, como símbolo de su movimiento crearon una escarapela de 4 colores (blanco, azul, amarillo y rojo), el cual representaba las 4 etnias que participaban en él: blancos, pardos, indios y negros. La primera acción llevada a cabo por los conspiradores fue la de organizar la fuga de los presos españoles que se encontraban en las bóvedas del puerto de La Guaira, hecho que se efectuó el 4 de junio, con la complicidad de los carceleros. No obstante, vale la pena señalar que para ese momento sólo existían 3 prisioneros, pues José Lax había sido trasladado poco antes a Puerto Cabello. En cuanto a Sebastián Andrés, después de fugarse, subió a Caracas, donde fue arrestado el día siguiente. Por su parte, Picornell y Cortés Campomanes se escondieron en un lugar llamado La Vigía de Chacón, cuyo vigilante, un soldado pardo, los protegió hasta el 16 de junio, cuando pudieron salir hacia la casa de España en Macuto; desde donde se arreglaría su salida a Curazao el 26 de junio. De Curazao, Picornell y Cortés pasaron a la isla de Guadalupe, colonia francesa. Desde allí o en la ciudad de Santo Domingo (que en esta época estaba también dominada por los franceses), Picornell hizo imprimir numerosos ejemplares de La Canción Americana, cuyo estribillo decía: "... Viva tan solo el Pueblo/ el Pueblo Soberano./ Mueran los opresores, / Mueran sus partidarios.... " y más de 2.000 del folleto titulado Derechos del hombre y del ciudadano, con máximas republicanas y un discurso preliminar dirigido a los americanos, con el pie de imprenta apócrifo "Madrid, en la imprenta de la Verdad, 1797". Luego de esto, se dedicó a promover su introducción clandestina en Tierra Firme.
Mientras tanto en La Guaira la conspiración seguía su curso. En tal sentido, el movimiento fue fijado para el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen. El comerciante Manuel Montesinos Rico, quien vivía en Caracas, había recibido de Gual el encargo de promover la conspiración en la capital. El 11 de julio, Montesinos intentó captar para el movimiento al oficial de Milicias de Pardos, insinuándole que facilitara a los conjurados el acceso a la armería del cuartel el día 16. No obstante, Chirinos no se dejó convencer y habló con varios compañeros y luego con el capellán de su batallón y éste con uno de los párrocos de la catedral, por que la noticia finalmente llegó a oídos del gobernador y capitán general Pedro Carbonell ya avanzada la tarde del día 13. El primero de los conjurados en ser arrestado fue Montesinos Rico, en cuya casa fueron encontrados documentos revolucionarios, algunos escritos por él y otros por Picornell. 

Movimiento de Francisco Javier Pirela y José Francisco Suárez

 El mulato Francisco Javier Pirela, sastre de profesión y subteniente de una compañía de milicias pardas, y el negro Joseph Francisco Suárez, empleado del vicario eclesiástico, se pusieron de acuerdo para organizar una sublevación en Maracaibo. Tenían el apoyo y complicidad de los hermanos Juan Gaspar y Agustín Bocé, corsarios provenientes de Puerto Príncipe (Haití) que llegaron a Maracaibo con sus goletas El Bruto y La Patrulla, el 6 de mayo de 1799. Pirela proporcionaría 200 hombres del cuerpo de milicias, quienes con la ayuda de las tripulaciones de los corsarios, debían "…embestir la ciudad, saquearla, matar a los blancos y ricos, echar por tierra el gobierno español y establecer la República…", según lo indica el informe del Consejo de Indias al Rey.
La conspiración debía estallar en la noche del 19 de mayo; el santo y seña era la palabra «Antillen». En la mañana del mismo día, la conspiración fue denunciada al gobernador Juan Ignacio Armada, marqués de Santa Cruz, por un cabo acantonado en la ciudad. El mismo Pirela, 4 horas antes de estallar la conspiración, confesó todo el plan al gobernador. Hubo 68 reos en prisiones separadas. Pirela fue condenado a 10 años de cárcel y enviado al castillo El Morro de La Habana por el crimen de "rebelión y lesa majestad".

Expediciones Mirandinas 
Puede considerarse que las campañas navales de la Independencia empiezan el 2 de febrero de 1806, cuando del puerto de Nueva York salió el general Francisco de Miranda con el bergantín Leander de 18 cañones, en su proyectada expedición libertadora de Venezuela, como acción inicial de la empresa emancipadora de América del Sur.
El 20 de febrero de ese año llegó el Leander al puerto de Jacmel (Haití), donde concluyó Miranda la organización de su flotilla con la adquisición de las 2 goletas, Bacchus y Bee.
El 28 del mismo mes la flotilla levó anclas rumbo a Venezuela. Traía armas y municiones, una imprenta y 2 banderas: una con los colores amarillo, azul y rojo, y otra azul con 2 círculos blancos, y en el asta, un gallardete rojo con la leyenda«Muera la Tiranía y Viva la Libertad». El 11 de abril, la expedición tocó en Aruba para hacer aguada y obtener algunos suministros. Cinco días permanecieron en Aruba, durante los cuales la gente de Miranda estuvo empleada en ejercicios. Las autoridades españolas estaban informadas de las operaciones de Miranda y, al arribar la expedición a las costas de Ocumare el 27 de abril, ya la esperaban. En la mañana del día siguiente fue atacada por 2 buques: el bergantín Argos y la corbeta Ceres, bajo el mando del teniente de navío Agustín Blanco Maldonado.
Después de un corto combate, los expedicionarios fueron derrotados; en manos realistas quedaron las 2 goletas y unos 50 prisioneros. El Leander escapó a Trinidad. Los prisioneros capturados fueron conducidos a Puerto Cabello y ahorcados 10 de ellos.
Con ayuda inglesa, el general Miranda preparó una segunda expedición, la cual salió de Trinidad en julio del mismo año. Estaba integrada por unos 400 hombres, repartidos en 10 buques. En la noche del 2 de agosto se hallaba frente al puerto de La Vela de Coro. El 3 se llevó a cabo el desembarco y después de breve combate, el puerto y sus instalaciones quedaron en poder de los invasores, quienes izaron en el fuerte de La Vela el tricolor mirandino. El jefe expedicionario continuó su marcha hacia la ciudad de Coro, la cual fue tomada el 4. Para atraer a los pobladores que habían abandonado la ciudad, el general Miranda envió comisiones y publicó proclamas; pero fueron pocos los que respondieron al llamado.
El 10 del mismo mes retornó al puerto de La Vela y desde allí dirigió nuevas solicitudes de auxilio a lord Thomas A. Cochrane, al almirante James Richard Dacres en Jamaica y al gobernador de aquella Antilla; escribió al obispo de Mérida quien a la sazón se hallaba en territorio de Coro, proponiéndole una entente; también lo hizo al Ayuntamiento. Por su parte, el teniente coronel Juan de Salas, comandante militar de Coro, había despachado mensajeros en solicitud de ayuda. El gobernador y capitán  general de Venezuela Manuel Guevara Vasconcelos levantó una fuerza de unos 1.500 hombres para oponerlos a Miranda y éste viendo que todo esfuerzo que hiciese le conduciría al fracaso, decidió abandonar la empresa. El 13 de dicho mes se reembarcó con sus tropas, rumbo a la isla de Aruba.

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